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cuándo hacer núcleos: confección de un núcleo de abejas.

Cada momento del año tiene un interés para los núcleos. Foto: INTA, en Flickr.

Los núcleos de abejas son la forma más habitual de reproducir las colmenas y lo más habitual es hacerlos en primavera. Sin embargo, se pueden elaborar en otros momentos y cada uno tiene sus ventajas. Este artículo analiza cuándo hacer núcleos de abejas y por qué es mejor cada momento.

Habitualmente, los núcleos de abejas se hacen en primavera. Tiene lógica: es el momento de mayor expansión de las colmenas, cuando, de manera natural, se preparan para enjambrar. Así, los núcleos serían una respuesta a ese impulso de la enjambrazón primaveral.

Sin embargo, no hay motivo para hacer núcleos solamente en los meses de primavera. Muchos apicultores aprovechan otras épocas del año, especialmente el verano y el otoño. Cada estación tiene sus ventajas y sus manejos.

Si quieres saber cuándo hacer núcleos, sigue leyendo este artículo. Te contamos cómo y por qué hacer núcleos en verano y otoño.

ÍNDICE DEL ARTÍCULO
1 – Hacer núcleos: un enfoque clásico para el manejo
2 – Núcleos de primavera: ventajas e inconvenientes
3 – Cuándo hacer núcleos en verano
4 – Ventajas de hacer núcleos en otoño
5 – Bibliografia empleada

Los núcleos de abejas son uno de los manejos más conocidos y clásicos de la apicultura actual. Se utilizan desde hace muchas décadas y son una herramienta muy práctica para ordenar el rumbo de los apiarios.

1 – Hacer núcleos: un enfoque clásico para el manejo

Desde que se empezaron a realizar núcleos, a finales del siglo XIX, se han convertido en una de las maneras más habituales de racionalizar la gestión de las colmenas. Los núcleos son bastante fáciles de hacer y dan mucha tranquilidad al apicultor, porque, por lo general, cortan el instinto de enjambrar de las abejas. Eso ha hecho que la producción de núcleos constituya uno de los pilares del manejo apícola, sobre todo desde un enfoque clásico de comprensión de la apicultura.

Hoy, se conocen muchos métodos para hacer núcleos y todos son útiles y prácticos. Desde el más sencillo, el núcleo ciego, a técnicas muy sofisticadas, como los núcleos apilados, el abanico, los tres olores o el método de las 24 horas.

Y, se hagan con el método que se hagan, los núcleos tienen dos objetivos principales:

  • Multiplicar el número de colonias. Es una forma dirigida de aumentar el tamaño de las explotaciones apícolas. Se generan nuevas colonias que servirán para incrementar el número, o para reemplazar pérdidas. También para unirse a colonias débiles o zanganeras.
  • Limitar el instinto enjambrador de las abejas. Para los apicultores, los enjambres son un problema de gestión. Por un lado, reducen el vigor y la capacidad de las colmenas para producir. Por otro, obligan a invertir tiempo y esfuerzo en su captura. Por tanto, hacer núcleos se entiende como una forma de limitar el vigor sobrante de las colmenas y multiplicarlas sin que la cosecha se vea tan mermada como cuando se produce la salida de enjambres o jabardos.

Con estos dos objetivos principales, los apicultores hacen sus núcleos (algunos optan por los paquetes, que tienen muchas ventajas), generalmente en primavera.

Preparando un núcleo de abejas con el método de los tres olores.

Es importante que el núcleo reciba cuadros bien poblados y con provisiones. Foto: Kris Fricke, en Flickr.

La elección de la primavera es lógica: las colmenas están en plena expansión y, a medida que se llenan de abejas y recursos, amenazan con bloquearse o con enjambrar. Por tanto, parece normal aprovechar ese momento para hacer los núcleos. Además, acabado el invierno, en los colmenares suele haber muchas bajas, con lo que los propietarios quieren reponerlas. Eso lo saben también los criadores, que ofrecen nuevos núcleos a principios de la temporada.

Sin embargo, se pueden hacer núcleos en otros momentos del año. Para ello, hay que entender qué ventajas tiene su confección en cada punto de la temporada. Es una cuestión de estrategia en el manejo y sentido de la explotación.

En realidad, se podrían hacer en cualquier momento, incluyendo el invierno. Pero como no aconsejamos molestar a las colmenas con frío, vamos a analizar la idoneidad de primavera, verano y otoño para producir núcleos de abejas. Cada momento ofrece sus beneficios.

2 – Núcleos de primavera: ventajas e inconvenientes

Como se ha indicado, lo más común y natural es hacer los núcleos en primavera. Es el tiempo en que se han hecho habitualmente y, para la mayoría de los apicultores, sigue siendo el momento perfecto.

La elaboración en primavera tiene importantes ventajas. Las principales son:

  • Mucho tiempo para el desarrollo. Al hacer pronto las divisiones, apenas terminado el invierno y empezada la primavera, las nuevas colonias tienen mucho tiempo por delante para desarrollarse. Esto da al apicultor la seguridad de que esos núcleos, una vez fecundadas las reinas, superarán sin problemas la temporada y llegarán fuertes al invierno. Una forma de aprovechar los principios de la campaña y explotar ese largo tiempo es hacer núcleos de un solo cuadro de cría. Es un método que drena muy pocos recursos de las colonias donantes y que da buenos resultados de cara a superar la temporada y la etapa invernal.
  • Entrada en producción. Si los núcleos se hacen temprano y se dotan rápidamente de una reina ya nacida (virgen o, preferiblemente, fecundada), es muy posible que les dé tiempo a entrar en producción y ofrecer una buena cosecha de miel al final de la campaña.

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  • Colmenas en expansión. La gran ventaja de la primavera está en que las colmenas se encuentran en plena expansión. Con mucha entrada de néctar y polen, las reinas alcanzan su máximo reproductivo y las colonias crecen rápidamente. Eso facilita el trabajo: hay material vivo y recursos de sobra para hacer los núcleos sin que el vigor de las colmenas donantes se vea demasiado dañado. No se pone en peligro la cosecha, algo que sí pasa con la enjambrazón natural.
  • Gran cantidad de alimento en el campo. En primavera, incluso en tiempos de sequía, el campo ofrece la mayor cantidad posible de alimento. Mucha más que en verano y en otoño. El néctar y el polen llegan en grandes cantidades, lo que permite desarrollar las colonias y mantener mucha cría.
  • Menos coste en alimentación. Esa cantidad de alimento disponible en el campo hace que los apicultores no tengan que gastar tanto dinero en alimentar los núcleos. A menudo es innecesario y es suficiente con estimular a las colmenas donantes para que lleguen lo más fuertes posible al momento de la división.
  • Facilidad para la fecundación de las reinas. La primavera también es el mejor momento para la fecundación de las reinas. Los días son más largos y hay mucha disponibilidad de zánganos, algo que ya no es tan frecuente al final de la temporada.
colmenas con alimentadores para alimento estimulante para las abejas en primavera

Los alimentadores exteriores son una de las muchas soluciones para administrar el alimento. Foto: S.Zelov, en Flickr.

Pero, a cambio, también encontramos algunos inconvenientes para los núcleos confeccionados en primavera. Son estos:

  • Temperaturas más bajas. Las primaveras suelen tener un clima más cambiante, lo que hace que a veces sean frías. Y, especialmente, las noches. Esto hace que los núcleos de primavera, sobre todo los primeros, tengan que llevar una importante cantidad de abejas, sobre todo nodrizas. Son imprescindibles para mantener la cría caliente y garantizar su viabilidad.
  • Dificultad para diagnosticar enfermedades. Con las colmenas tan pobladas, la primavera no es buen momento para detectar problemas de salud. El vigor primaveral y la abundancia de abejas enmascaran enfermedades como la varroa o las producidas por hongos.
  • Falta de recursos para la confección. En ocasiones, sobre todo al principio de la primavera, las colmenas todavía no tienen suficientes reservas para donar alimento a los núcleos. Eso obliga a los apicultores a disponer de panales de miel guardados de la temporada anterior, o a alimentar los núcleos con alimentación sólida o, si ya tienen reina, jarabe estimulante.

Pero, a pesar de estos posibles escollos, ante la pregunta de cuándo hacer núcleos, la primavera sigue siendo para muchos el momento favorito.

3 – Cuándo hacer núcleos en verano

Como se ha señalado al principio, no hay por qué circunscribirse a la primavera para hacer los núcleos. De hecho, hay métodos de manejo, como el conocido método Palmer, que elabora núcleos prácticamente en todo momento, con preferencia por el verano.

Al igual que la primavera, la temporada estival también tiene ventajas. Las principales son esta:

  • Núcleos más pequeños. A mitad de cosecha de verano, o incluso al final, ya nadie espera que los núcleos entren en producción. El objetivo es que las reinas empiecen a poner y que los enjambres alcancen un tamaño suficiente para pasar bien el invierno (incluso pueden invernar en las cajas portanúcleos). Por tanto, no es necesario hacer núcleos demasiado grandes y poblados.
  • Noches más cálidas y menos necesidad de abejas. Esos núcleos menos voluminosos se mantienen bien y sacan su cría adelante con menos abejas gracias a que, en verano, las noches son más cálidas y no es necesaria tanta población para mantener una temperatura interior adecuada.

apicultor confeccionando un núcleo por el método del núcleo cerrado

Preparando el núcleo de abejas.

 

  • Mucha miel disponible para hacer los enjambres. Con la cosecha avanzada, hay miel de sobra en los apiarios para confeccionar y alimentar los núcleos. En verano, esto no es ningún problema.
  • Renovación de reinas para la temporada siguiente. Hacer los núcleos durante el verano, incluso a finales, asegura que la siguiente temporada habrá reinas nuevas, sin desgaste, ya fecundadas y listas para que las colonias arranquen con mucha fuerza. Es una forma interesante de renovar las reinas tras la campaña.

 Por supuesto, trabajar con núcleos de verano también tiene inconvenientes. Por un lado, la temporada va camino del final, con lo que el tiempo para que el núcleo se desarrolle puede ser escaso. A esto contribuirán las condiciones climáticas: demasiado calor, incluso sequías, dejarán a las abejas sin recursos en el campo, con lo que esos núcleos pueden tener problemas para salir adelante.

Para neutralizar estos problemas, en verano es importante trabajar siempre con reinas fecundadas. O, al menos, con reinas vírgenes, pero ya nacidas. Hay poco tiempo, así que los 15 días que tarda en nacer una reina son preciosos. Si se pueden ahorrar, mejor. Una reina ya fecundada empieza a poner en un par de días tras su introducción en el núcleo, y si es virgen, puede estar fecundada y poniendo en menos de diez días.

4 – Ventajas de hacer núcleos en otoño

Finalmente, el otoño es un momento más delicado. Pocos apicultores se plantean hacer núcleos en una época en la que más bien están pensando en preparar a las abejas para hacer frente al invierno. Sin embargo, se pueden hacer núcleos en otoño.

Para llevar a cabo estos núcleos otoñales, es imprescindible conocer bien la zona y la climatología. De nada sirve hacer estos enjambres en lugares donde el otoño es muy duro y el campo ya no ofrece ningún alimento. El conocimiento del apicultor sobre su área de trabajo es vital.

Con esa salvedad, los núcleos de final de temporada y principios del otoño tienen importantes ventajas:

  • Núcleos de poco material. Como estos enjambres tardíos no están destinados a primavera, se pueden confeccionar con pocos recursos. Por ejemplo, es habitual hacerlos con un solo cuadro de cría. Como se verá después, tienen que llevar reina fecundada. Además, como en verano, los apiarios tienen alimento de sobra en forma de panales de miel para confeccionar los enjambres.
  • Reinas jóvenes para invernar. La idea de estos núcleos de final de campaña es la renovación de las reinas. Para ello, hay dos tácticas. Por un lado, se pueden hacer los núcleos con reinas fecundadas que estarán casi intactas a principios de la campaña siguiente. Por otro lado, se pueden hacer utilizando las reinas viejas de las colmenas que han estado en producción. Y a estas se les introduce la reina fecundada, que estará lista para arrancar la temporada siguiente con toda la fuerza. (A los núcleos que lleven reinas viejas, se les renovará en la siguiente primavera).
  • Refuerzo para colonias débiles. También es habitual utilizar estos núcleos tardíos para reforzar colmenas que se han quedado débiles tras la campaña. Incluso para salvar colonias zanganeras. Una vez hecho y consolidado el núcleo, se reúne con la colmena que tiene problemas.
  • Fácil detección de enfermedades. En otoño, la población de las colmenas habrá disminuido bastante, con lo que los posibles problemas de salud “dan la cara”. Así, es más fácil detectar cualquier enfermedad y se evita hacer núcleos que transmitan patologías.

Y, al igual que en verano y en primavera, se pueden identificar también algunos inconvenientes para los núcleos de otoño.

  • Poco tiempo para el desarrollo. El invierno amenaza, así que los núcleos otoñales tienen que correr mucho. Por tanto, es imprescindible hacerlos con reinas ya fecundadas, criadas en los apiarios o compradas (o, como se ha visto, con reinas salidas de las colmenas de producción).

cuando hacer núcleos en invierno: núcleos de abejas entre la nieve

Núcleos entre la nieve. Foto: Actuaria.

  • Falta de zánganos. Si se va a confiar en reinas vírgenes, además de perder unos días preciosos, se corre el riesgo de que no haya suficientes zánganos. Al final del verano, las abejas empiezan a matarlos, así que en otoño pueden escasear. Además, los días son más cortos y le clima más inestable, con lo que podrían fallar las fecundaciones.
  • Inviernos adelantados. En ocasiones, los otoños son demasiado fríos y un invierno anticipado sorprende a los apicultores. Esto puede hacer que fracasen los núcleos. por eso, los enjambres tan tardíos requieren revisiones muy detalladas. Si se ve que no van a salir adelante, será necesario desmontarlos y devolver el material a las colmenas donantes.

Con sus ventajas y sus desventajas, cada momento del año permite trabajar con los núcleos. Basta con saber para qué se quieren y cómo sacarles partido. ¿Y tú? ¿Qué respondes si te preguntan cuándo hacer núcleos de abejas?

5 – Bibliografia empleada

Biri, Melchiorre & Prats, Carmen (1988) El gran libro de las abejas. Barcelona: Editorial de Vecchi.

Jean Prost, Pierre (2007) Apicultura. Conocimiento de la abeja. Manejo de la colmena. Barcelona: Editorial Mundi Prensa.

Lasanta, Eugenio. Apicultura práctica tradicional y moderna: La esencia en el hexágono. Madrid: Liber Factory.

Philippe, Jean-Marie (2008) Guía del apicultor. Utilizable en todas las regiones apícolas del mundo. Barcelona, Omega.

Robles, Elena & Salvachúa, Carmelo (2012) Iniciación a la apicultura. Tecnología y calendario. Madrid: Editorial Mundi Prensa.

Robles, Elena & Salvachúa, Carmelo (2007) Gestión zootécnica del vigor de las colonias de abejas. Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Libros para saber más sobre apicultura

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