Modificado por Redacción

una colmena hace la barba, uno de los principales síntomas de un enjambre

La barba, síntoma claro de una colmena que prepara un enjambre. Foto: Mbeo, en Flickr.

¿Cómo se reconoce que una colmena está a punto de enjambrar? A veces, los signos de un enjambre son muy evidentes. Sin embargo, otras veces no es tan fácil detectar la inminencia de la enjambrazón. Te contamos cómo reconocer los síntomas de un enjambre para evitar su marcha.

Los enjambres son un problema: reducen el vigor de las colmenas, limitan las cosechas y merman la calidad de las reinas, haciendo que transmitan más el instinto enjambrador a sus descendientes. Por eso, los apicultores luchan por evitar la salida de enjambres y, especialmente, de jabardos y enjambre terciarios.

Muchas veces es bastante fácil detectar que se prepara un enjambre. Sin embargo, no siempre es evidente. En muchas ocasiones, las abejas sorprenden al apicultor y se lanzan fuera de la colmena sin dar ningún aviso.

En este articulo te mostramos los indicios y pistas para reconocer que una colmena se prepara para enjambrar. Presta atención los síntomas de un enjambre para que no se te escapen más.

ÍNDICE DEL ARTÍCULO
1 – Síntomas de un enjambre en el interior de una colmena
2 – Signos exteriores: los síntomas de un enjambre fuera de la colmena
3 – Reacción rápida: seis formas de evitar la enjambrazón
4 – Bibliografia empleada

Un enjambre se produce generalmente en primavera, cuando el campo ofrece mucho alimento y la colmena está llena de cría, abejas y alimento. A medida que el espacio interior se reduce, las abejas se incomodan y fuerzan la enjambrazón: producirán nuevas celdas reales y obligarán a la reina vieja a dejar la colmena con una parte de las abejas y algunos zánganos. Es el enjambre, que, si no se pone remedio, puede ser seguido por jabardos y otros enjambres secundarios y terciarios.

1 – Síntomas de un enjambre en el interior de una colmena

Las señales de que una colmena se prepara para enjambrar pueden ser muy sutiles y no siempre evidentes. Además, puede que solo se manifiesten en el interior, sin que haya apenas muestras externas de lo que va a suceder. Esta falta de señales exteriores es más frecuente en colmenas bien gestionadas: aquellas que ya tienen alzas y el apicultor se ha preocupado por darles espacio dentro. Hay veces en que, incluso así, la colonia enjambra.

Por eso, para no pensar que basta con poner un alza y olvidarse, hay que prestar atención a otros muchos síntomas que se pueden observar dentro de la colmena. Los principales son estos:

  • Cámara de cría llena. Una cámara de cría llena de cría, abejas y alimento es el caldo de cultivo perfecto para la enjambrazón. El campo está lleno de comida, hace calor, las abejas están apretadas y se lanzan a enjambrar. El apicultor debe reconocer cuándo la cámara de cría va camino de estar demasiado llena para tomar medidas que eviten el enjambre.
  • Falta de puesta o bloqueo. Una cámara de cría llena puede desembocar en un bloqueo de la puesta. Es fácil reconocer una colmena bloqueada: no queda espacio donde poner y la reina está incómoda, bloqueada, con lo que las abejas pueden desencadenar un proceso de enjambrazón.

Panal con bloqueo de la puesta

Un panal en el que la reina apenas tiene ya espacio para poner.

  • Celdas reales. Sin duda, el más claro de los síntomas de un enjambre es la aparición de celdas reales. Las abejas quieren enjambrar e inician el reemplazo de la reina, levantando celdas en las que crecerán las nuevas reinas. Sin embargo, a veces se desarrollan nuevas reinas simplemente para cambiar de reina, porque la antigua es defectuosa o está agotada. Por tanto, el apicultor debe estar muy atento a la aparición de esas celdas y decidir cuál es la razón de que las levanten. Para ello, debe analizar si hay más síntomas y cuáles son. Si la colmena está fuerte, hay mucha cría de calidad y aparecen realeras, entonces no hay duda: viene el enjambre.
  • Canto de las reinas. Los apicultores más experimentados son capaces de detectar el canto de las reinas cuando se está preparando un enjambre secundario o jabardo. Esto sucede, sobre todo, cuando hay una reina nacida y otras todavía dentro de las celdas reales. Las obreras no permiten a la reina que mate a sus hermanas, y mantienen a estas todavía encerradas. Es una situación inequívoca de preparación de un jabardo, o varios. Así, el canto de la reina se manifiesta como una forma de comunicación en la colmena, una especie de diálogo entre la reina nacida, que seguramente enjambrará, y las princesas que esperan turno.A veces, si la colmena pierde accidentalmente a la reina (por ejemplo, durante una revisión), las obreras producen nuevas reinas de emergencia. Cuando nace la primera, puede producirse una enjambrazón espontánea, y también antes de que salga ese enjambre puede escucharse el canto de las reinas, aunque no se considere un jabardo, sino un enjambre primario.
  • Abejas “flautistas”. Con un oído todavía más entrenado, es posible detectar el sonido de las llamadas abejas ‘flautistas’ o pipers bees. Se trata de un grupo de abejas, unas 200, generalmente ya veteranas, que inician un canto muy característico, similar al sonido de una flauta, justo antes de que el enjambre decida salir. Se cree que sirve para organizar la salida, invitando a las abejas a unirse a la vieja reina en su marcha. Si se logra detectar este sonido, es posible que ya sea tarde para impedir que se vaya el enjambre, pero, al menos, se podrá capturar en su primera parada.
    Tanto el sonido de las abejas ‘flautistas’, como el canto de la reina, se podrían detectar con tecnologías de monitorización basadas en la inteligencia artificial y, así, enviar una alerta al apicultor.

2 – Signos exteriores: los síntomas de un enjambre fuera de la colmena

Otra serie de síntomas de que se avecina un enjambre en una colmena son visibles desde el exterior. En general, son signos mucho más evidentes y el apicultor los detecta de un golpe de vista.

  • Hacer la barba. Es el síntoma de un enjambre por excelencia. Las obreras, ante la falta de espacio en el interior, salen fuera, extendiéndose por la pared de la colmena o colgando de la piquera en una bola de abejas que se llama barba. Cuando una colmena sigue este comportamiento, urge solucionar su estado agregando alzas para ampliar el espacio interior, o tomando otra decisión de manejo. Aunque en la mayoría de los casos la barba lleva al enjambre, también puede suceder que, finalmente, las abejas se lo piensen y decidan no enjambrar. Puede deberse a un cambio en su evaluación del estado del campo o a otros motivos todavía en discusión.
  • Nerviosismo en la piquera. Muchas veces, el enjambre es precedido por un fuerte nerviosismo en la piquera. Las obreras guardianas se tornan más agresivas y se pueden ver peleas. En una colmena fuerte, son síntomas de un enjambre en ciernes.
    abejas haciendo la barba en una colmena

    Abejas haciendo ‘la barba’ en una colmena, síntoma de una enjambrazón inminente. Foto: Jon Anderson, en Flickr.

  • Vuelos de orientación. Todos los apicultores reconocen el vuelo de una obrera que sale por primera vez y se orienta para reconocer el lugar donde está su colmena. Son vuelos elípticos, con las abejas mirando hacia la colmena, cada vez más amplios y altos. Algunos autores lo denominan ‘sol artificial’. Generalmente, estos vuelos son frecuentes hacia el mediodía. Si aumenta mucho la cantidad de estos vuelos, puede ser que se haya roto el equilibrio entre obreras y pecoreadoras, aumentando bruscamente la cantidad de estas. Será señal de que la colmena prepara un enjambre.
  • Caída en la entrada de polen. Cuando la colonia va a enjambrar es porque ya no hay apenas sitio para poner. Falta espacio, los panales están llenos y la cría joven se opercula. Esto hace que se reduzca la necesidad de polen, porque no hay cría fresca a la que alimentar. Si baja la entrada de polen sin que el campo pierda fuerza, puede ser por que la colmena prepare la salida.
  • Exploradoras en colmenas trampa. Es habitual que los apicultores coloquen trampas para cazar enjambres en las inmediaciones del colmenar y en los lugares en los que las abejas suelen detenerse cuando enjambran. En esos puntos, además, se aplica algún producto cazaenjambres. Días antes de la salida del enjambre, las exploradoras empezarán a buscar lugares propicios para la instalación de la nueva colonia, y es fácil verlas recorriendo y reconociendo las trampas, haciendo incluso primeras tareas de limpieza. Su presencia en las trampas anuncia el enjambre, aunque, claro, no es fácil saber a qué colonia pertenecen.

3 – Reacción rápida: siete formas de evitar la enjambrazón

Una vez detectada la intención de la colmena de prepararse para enjambrar, el apicultor debe decidir si lo impide o si permite que salgan. Lo más recomendable es evitar la marcha del enjambre. Por un lado, porque su salida debilita a la colmena, incluso puede suponer que se pierda la cosecha de esa temporada.

Por otro lado, conviene evitar que las colmenas enjambren, limitando ese comportamiento lo más posible. Se sabe que es un rasgo de comportamiento hereditario, por lo que es necesario reducirlo. Así, seleccionando abejas reinas con poca tendencia a enjambrar y evitando que lo hagan, se va logrando un tipo de abejas poco propensa a este comportamiento.

Pese a todo, es un instinto que está dentro de la genética de las abejas, así que siempre pueden darse casos de enjambrazón y será precios detectarlos. Una vez descubierta la intención de la colmena, hay varias formas de manejarla para que no se produzca la enjambrazón.

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  • Aumentar el espacio interior. Como la falta de espacio en la colmena es la causa más común de la salida de un enjambre, la solución rápida es aumentar ese espacio. Para ello, se agregarán alzas sobre la cámara de cría llena. Si la colmena tiene dos cámaras de cría, se colocarán sobre ellas. Además, conviene aliviar más la presión en la cámara de cría, sacando algún cuadro de cría y subiéndolo al alza. En su lugar, en el nido se colocan láminas de cera estampada.
    En este manejo hay que tener cuidado con el excluidor de reinas. En muchas ocasiones, el apicultor agrega alzas y deja el excluidor entre ellas y la cámara de cría. Si no ha aliviado la presión de esta, la enjambrazón puede producirse aunque haya alzas vacías.
  • Aumentar la ventilación de la colmena. Además de añadir espacio, conviene también mejorar la ventilación de la colmena abriendo la piquera todo lo posible. Si tiene algún orificio de ventilación superior, también se debe abrir.
  • Colocar trampas para enjambres en la piquera. En el mercado es posible encontrar trampas para enjambres. Se colocan en las piqueras de las colmenas y atrapan a las reinas cuando salen, forzando a que el enjambre regrese al interior.
  • Eliminar celdas reales. Otra solución para frenar el instinto enjambrador es eliminar las celdas reales. Si la colmena desarrolla celdas, es que se prepara, así que se deben eliminar. Es importante prestar mucha atención al hacerlo para eliminar todas, porque, si una se escapa al registro, logrará su objetivo. Esas realeras, además, se pueden utilizar para hacer núcleos o para sustituir reinas defectuosas de otras colonias. Son reinas de enjambrazón, las de más calidad, aunque también hay que tener en cuenta que proceden de una madre propensa a enjambrar y se podría estar contribuyendo a difundir ese carácter. También hay que saber si esas realeras aparecen por un proceso de enjambrazón o son de reemplazo: en el segundo caso, no se deben tocar, porque la colonia las necesita para sustituir a una reina con problemas.
    celdas reales ya selladas, listas para que nazcan las reinas y cambiar la reina de las colmenas

    Celdas reales listas para nacer. Foto: Isaac S. Ego, en Flickr.

  • Retirada de cría operculada. Si se extraen los panales de cría operculada y se sustituyen por cuadros de cera estirada, la colmena frena su instinto enjambrador. Lo hace, porque la reina desarrolla cría joven que requiere de toda la atención de las abejas. Los panales extraídos se pueden utilizar para reforzar colmenas débiles, por ejemplo. O, como se explica a continuación, para hacer núcleos.
  • Confección de núcleos. Otra forma de calmar a las abejas y reducir su vigor para que no enjambre es hacer núcleos. En este caso, es mejor trabajar con núcleos que con paquetes, porque con los primeros se saca de la colmena cría y alimento, aligerando la presión espacial que sufre la colonia. Cualquier tipo de núcleo es adecuado para frenar el impulso enjambrador, aunque, en situaciones de mucha necesidad, se puede optar por los supernúcleos o núcleos de muchos cuadros de cría. Las colmenas que están a punto de enjambrar son idóneas para hacer divisiones por el método del núcleo cerrado.
  • Básculas digitales. En los últimos años, se están popularizando en los apiarios las balanzas digitales conectadas, dispositivos inteligentes que monitorizan continuamente el peso y otros parámetros de la colmena. Gracias a ese control continuo, detectan un cambio brusco de peso y lo identifican como salida de un enjambre. Además, monitorizar el peso, la humedad y la temperatura del interior de la colmena permite evaluar su estado y anticiparse a la marcha de las abejas.

De esta forma, el apicultor puede hacer frente a una colmena lista para la enjambrazón. Reducirá pérdidas y llevará a cabo un manejo a largo plazo mucho más eficaz y valioso. Y todo, gracias a comprender y detectar a tiempo los síntomas de un enjambre.

4 – Bibliografía empleada

Biri, Melchiorre & Prats, Carmen (1988) El gran libro de las abejas. Barcelona: Editorial de Vecchi.

Jean Prost, Pierre (2007) Apicultura. Conocimiento de la abeja. Manejo de la colmena. Barcelona: Editorial Mundi Prensa.

Lasanta, Eugenio. Apicultura práctica tradicional y moderna: La esencia en el hexágono. Madrid: Liber Factory.

Luis Yagüe, José Ramón y Saceda, Juan Carlos (2002) Los enjambres. Captura, control y manejo. Barcelona: Montagud.

Philippe, Jean-Marie (2008)Guía del apicultor. Utilizable en todas las regiones apícolas del mundo. Barcelona, Omega.

Rangel, J; Griffin, S.R; y Seeley, T. (2010) An oligarchy of nest-site scouts triggers a honeybee swarm’s departure from the hive. Behavioral Ecology and Sociobiology, 64,979–987.

Robles, Elena & Salvachúa, Carmelo (2012) Iniciación a la apicultura. Tecnología y calendario. Madrid: Editorial Mundi Prensa.

Seely, Thomas D. (2010) Honeybee Democray. Princeton: Princeton University Press

Libros para saber más sobre apicultura

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