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dos colmenas preparadas para ser divididas - apicultura y miel

La división es la forma más fácil de aumentar el número de colmenas. Foto: Phil Windley, en Flickr.

Una de las formas más rápidas y sencillas para multiplicar el número de colonias es el método de partir o dividir una colmena. Es un sistema rápido que requiere muy pocos conocimientos técnicos, pero también tiene inconvenientes. Te contamos las ventajas y desventajas de una de las técnicas más utilizadas en la apicultura.

Llega la primavera y todos los apicultores piensan en aumentar el número de sus colmenas. Descartada la enjambrazón natural, fenómeno que conviene evitar para no perder recursos y enjambres, es necesario acudir a los métodos de multiplicación artificial de las colmenas. En apicultura existen muchos métodos para hacer núcleos, pero la mayoría requiere un cierto manejo técnico, especialmente algunos métodos más sofisticados, como la elaboración de paquetes o los núcleos por abanico. Sin embargo, hay forma de hacer divisiones (o multiplicaciones) de colmenas muy rápida y que no requiere apenas nociones de apicultura avanzadas: partir o dividir una colmena.

 

En este artículo te explicamos cómo se parte una colmena para producir dos, en qué momento debes hacerlo y cuáles son las ventajas y desventajas de este método.

1 ¿Qué es el método de partir o dividir una colmena?

Dividir una colmena es una de las formas más sencillas de conseguir una colonia a partir de otra ya existente. Literalmente, consisten en partir en dos la colmena inicial, repartiendo su contenido con otra que se quiere formar nueva.

Es un sistema de trabajo que se puede aplicar con cualquier modelo de colmena de panales móviles (Layens, Langstroth, Dadant…) y solo requiere ser capaz de reconocer la cría en los marcos.

El método funciona de la siguiente manera:

1 – Elegir la colmena a dividir

Como en todos los métodos de elaboración de núcleos, la selección de las madres o cepas de las que extraer el material vivo es fundamental. A la hora de dividir una colmena, se tratará de seleccionar aquellas que presentan mejores características: las más fuertes, las más productoras, las que tienen mejor conducta higiénica, las más resistentes a las enfermedades… Cualquiera de las características que el apicultor quiera replicar deberán estar presentes en la colmena que se parte.

dos apicultores inspeccionan una colmena - apicultura y miel

Elegir las colmenas para la división es el primer paso del trabajo.

Por tanto, no se deben partir colmenas que no presenten un importante desarrollo, o aquellas que tienen malos rasgos genéticos, como tendencia a la enjambrazón o mal comportamiento higiénico. Lo ideal será elegir una colmena fuerte, con un mínimo de seis panales de cría bien cubiertos, con una reina joven (del año anterior, a ser posible) y con excelentes características en cuanto a producción, limpieza, resistencia y mansedumbre.

Es conveniente seleccionar esas colmenas durante la temporada anterior, prestando atención a todas esas características. Y, durante el invierno, es importante cuidar su alimentación para que lleguen fuertes al inicio de la campaña. Después, en el arranque de la primavera, se puede utilizar alimento de estimulación suministrado con alimentadores para que las colmenas alcancen rápidamente el vigor que se espera de ellas antes de dividirlas.

2 – Contar con una nueva colmena

Al lado de la colmena que se va a partir se coloca una nueva colmena en la que habrá solo cinco cuadros de cera estampada. Otros cinco se preparan para introducirse en la colmena que se divide.

Algunos apicultores trabajan con portanúcleos. Sin embargo, con este método el portanúcleos puede ser problemático, por lo que es mejor utilizar colmenas completas. Si no se quiere poner los cinco panales de cera estampada desde el principio, se puede optar por no hacerlo, reduciendo el espacio de la colmena con un tabique móvil que, posteriormente, se retirará a medida que se añaden los panales nuevos. El manejo del clima y del campo que hace cada apicultor determinará esta parte del manejo.

panal de abejas con cría y realeras - apicultura y miel

Si se encuentran realeras, se pueden repartir entre ambas divisiones.

3 – Dividir la colmena

En la operación de dividir la colmena se busca algo muy sencillo: repartir el material vivo y los recursos de la colmena madre entre ella y la nueva que se quiere formar. No es necesario buscar la reina y no debe importar en qué mitad esté.

Con este objetivo en mente, se siguen estos pasos:

  • Contar cuántos cuadros de cría hay.
  • Repartir equitativamente los panales de cría entre las dos colmenas, cuidando de que ambas tengan cría de todas las edades, especialmente huevos y larva de menso de tres días, que servirá para desarrollar nuevas reinas en la mitad que quede huérfana.
  • Si al inspeccionar la colmena aparecen celdas reales (señal de que la colonia prepara un enjambre, conviene repartir esas celdas en ambas colmenas. Así, la mitad huérfana tendrá ya avanzado ese trabajo y se ahorrará tiempo.
  • Repartir también de forma equitativa el resto de panales: polen y miel.
  • Al final, ambas colmenas deberán ser lo más parejas posible.
  • Reducir los dos paquetes de panales con tabiques móviles o con ponchos de plástico, para que no tengan demasiado frío.

4 – Colocar las colmenas

En este punto, el método puede tener variantes. Se trata de ubicar las dos colmenas recién creadas en sus posiciones. Hay varios enfoques:

Uno de ellos propone dejar las dos colmenas juntas, pareadas, de forma que cada una de ellas ocupe aproximadamente la mitad del hueco que ocupaba la colonia madre. De esta forma, las pecoreadoras de la cepa original se repartirán de forma entre las dos cajas, aunque tenderán a ir más a donde esté la reina. En la caja huérfana, las obreras levantarán celdas reales (o aprovecharán las que se les han dejado). También se puede introducir una reina, virgen o fecundada, que haya sido criada por el apicultor o comprada. Igualmente es posible introducir una realera procedente de otra colmena y ya sellada y lista para nacer. A esta mitad conviene darle un incentivo en forma de alimento de estimulación.
En la mitad que se ha quedado con la reina, la actividad no se detiene y en pocos días harán falta panales de cera estampada.

Apicultor trabajando en dividir una colmena.

Es imprescindible comprobar que hay cría fresca en las dos mitades.

  • Otro enfoque apuesta por separar las colmenas. Tras dividir las colmenas, se dejan juntas, ligeramente separadas y formando una especie de triángulo sobre la posición que ocupaba la colmena madre.
    Pasadas tres horas de la división, ya se puede intuir dónde está la reina: en la mitad huérfana, las abejas estarán muy nerviosas e irritables. En la mitad en la que está la reina, se ha restablecido el trabajo y las abejas estarán tranquilas. Además, la mayoría de las pecoreadoras estarán entrando en esa división. Una vez que se tiene claro esto, se toma la mitad que tiene la reina y se lleva a varios metros. La mitad huérfana se queda ocupando el lugar de la colmena madre. Con el cambio, la división que tiene reina perderá sus pecoreadoras, que reforzarán a la nueva colonia. Sin embargo, al tener una madre poniendo, en pocos días se habrá recuperado. Por su parte, la nueva división tendrá más abejas para generar recursos y levantará sus realeras o trabajará con las reinas o realeras que se le introduzcan.
    Si se sabe buscar la reina, o si se localiza durante los trabajos, es todo mucho más fácil, porque ya se sabe cuál es la mitad que hay que desplazar.

Ocupar el lugar de una tercera colmena. En esta variante se opera igual que en la anterior, pero la colmena que tiene reina se pone en el lugar de otra colmena fuerte del apiario, que, a su vez, se mueve a otro lugar. Así, el impacto por pérdida de pecoreadoras se amortigua: la división que tiene reina pierde las suyas, pero recibe las de la tercera colmena. Esta, a su vez, pierde las pecoreadoras, pero como no se divide, tiene fuerza para recuperarse rápidamente.

dos colmenas

Al dividir, las pecoreadoras se reparten entre las dos colonias. Foto: Emma Jane, en Flickr.

2 – Cuándo partir una colmena

Con este método de la división de colmenas existe un cierto riesgo: si no se dividen las colonias a tiempo, podrían enjambrar. Son colmenas muy fuertes y están pidiendo espacio, con lo que el apicultor debe estar atento para hacer la división antes de que decidan enjambrar.

Por norma, este tipo de divisiones deben hacerse antes de la mayor floración. Una vez que las colmenas están fuertes y llenas, cuando faltan en torno a tres semanas para que el campo ofrezca el mayor flujo de néctar, es el momento óptimo para dividir.
En esas tres semanas, la colmena que tiene reina habrá repuesto la mayor parte del material vivo que ha cedido a la otra mitad. En esta, la nueva reina ya estará empezando a poner y el enjambre estará en situación de aprovechar bastante bien la floración.

No se aconseja esta técnica de la división de colmenas una vez pasada la floración. Para finales de temporada, es mucho mejor recurrir a núcleos de un solo cuadro, porque drenan menos los recursos de las colonias.

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3 – Ventajas y desventajas del método de partir las colmenas

Este método que se ha descrito, basado en dividir una colmena, es uno de los más conocidos y sencillos de practicar. Su simplicidad hace que sea el favorito para gran cantidad de apicultores que no quieren (o no saben) hacer núcleos o paquetes. Sin embargo, esa misma sencillez hace que tenga algunos inconvenientes. Veamos a continuación sus principales ventajas y desventajas

Ventajas de dividir una colmena

Sencillez. Como ya se ha indicado, es muy fácil de hacer. Toda la dificultad estriba en asegurar se de que ambas mitades tienen larvas frescas para asegurar que la mitad que se queda huérfana es capaz de desarrollar una nueva reina.

Rapidez. El método no requiere mucho tiempo. Apenas el necesario para verificar la presencia de larvas de menos de tres días y repartirlas de forma equitativa. Después, en unos pocos minutos, quedan confeccionadas ambas colonias.

Freno a los enjambres. Con estas divisiones, la “fiebre” de los enjambres se aplaca notablemente. La colmena dividida ya no piensa en enjambrar y eso supone notables ahorros en recursos para el apicultor y redunda en mejores cosechas.

Sin buscar la reina. A la hora de hacer núcleos, una de las cosas más complicadas es localizar la reina para evitar que se vaya en uno de los enjambres. Es cierto que hay métodos para hacer núcleos sin buscar la reina, pero trabajar sin preocuparse por ella es una ventaja propia de este sistema basado en partir a la mitad las colmenas. El método también resulta más fácil si las reinas están marcadas.

Renovación de la cera. Al añadir cinco cuadros de cera estampada en cada división, se renueva el 50 por ciento de la cera, algo muy recomendable.

Apicultor sacando un panal de cría y abejas para dividir una colmena - apicultura y miel

Es importante que las colmenas están muy fuertes en el momento de la división. Foto: Justin Leonard, en Flickr.

Desventajas de dividir una colmena vs hacer núcleos

Esta forma de trabajar, aunque es muy simple y rápida, también presenta desventajas, especialmente si se compara con los método de desarrollo de núcleos. Los principales inconvenientes son:

Peor aprovechamiento de los recursos. Cuando se trabaja con núcleos, se aprovecha mucho mejor el material vivo disponible en las colmenas. No se extraen tantos panales de cría (o rara vez) y no siempre hay que retirar recursos de miel y polen, porque se pueden aporta desde otras colmenas, o incluso desde el almacén.

Peor calidad de las reinas. Salvo que en las divisiones huérfanas se introduzcan reinas de calidad criadas o compradas, siempre se dependerá de las realeras de emergencia que levantan las obreras cuando sienten la falta de al reina. Estas reinas de emergencia no son idóneas. Se puede evitar este problema trabajando con realeras encontradas en la propia colmena dividida. Esas reinas sí son de gran calidad, pero recordemos que las hacen para enjambrar, con lo que se estará apostando por reinas con un notable instinto enjambrador, un defecto que conviene corregir.

Debilitamiento de colmenas. Este método de la división supone un fuerte impacto para la colmena madre, que se ve reducida a la mitad. Trabajando con núcleos, se puede modular mucho más es impacto y “sangrar” menos a la colmena original, o diluir ese impacto en varias tandas de núcleos. Además, si se opta por intercambiar posiciones con otras colmenas fuertes, estas también se verán temporalmente mermadas.

Peor manejo de los tiempos. Como es necesario esperar a que la colmena madre esté muy fuerte, generalmente se retrasa la división y puede suceder que se produzca la enjambrazón o que se haga demasiado cerca de la gran floración y la colmena dividida no tenga fuerza para aprovecharla. Con los núcleos, se puede actuar mucho antes, sacando de varias colmenas los recursos necesarios sin que esta operación impacte tanto.

A pesar de estos inconvenientes, dividir una colmena es una de las formas más habituales de trabajar en la apicultura. Es un método interesante que todo apicultor debe conocer, aunque siempre es más recomendable trabajar con núcleos o paquetes.

colmena muy fuerte, perfecta para dividir. Apicultura y miel.

Cuanto más fuertes sean las colmenas elegidas, más fácil dividirlas. Foto: Emma Jane, en Flickr.

4 – Bibliografía empleada

Cobo, A. (1990) Manejo de la reproducción de abejas. En Servicio de Extensión Agraria (ed). Diez temas de apicultura. Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Jean Prost, Pierre (2007) Apicultura. Conocimiento de la abeja. Manejo de la colmena. Barcelona: Editorial Mundi Prensa.

Robles, Elena & Salvachúa, Carmelo (2012) Iniciación a la apicultura. Tecnología y calendario. Madrid: Editorial Mundi Prensa.

Salvachúa, Carmelo & Robles, Elena (2007) Gestión zootécnica del vigor de las colonias de abejas. Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación