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El agua es un elemento imprescindible para las abejas. La necesitan de manera continua, especialmente en los meses de calor. Por eso, es imprescindible que los apiarios dispongan de agua cerca. Si no la hay de forma natural, será necesario proporcionársela. Para eso, los apicultores utilizan bebederos que permiten a las abejas aprovisionarse de agua. En este artículo te explicamos cómo se manejan estos bebederos para abejas.

Como cualquier ser vivo, las abejas necesitan agua. La utilizan para hidratarse, pero también para refrescar la temperatura de la colmena y gestionar su humedad. Por tanto, la recogida de agua es una tarea continua en la colonia, de forma especial en los periodos de más calor.

En circunstancias normales, las abejas buscarán el agua en su territorio, en arroyos, ríos, manantiales… Sin embargo, a medida que el calor aprieta, el agua escasea y es posible que las fuentes de agua se alejen de los colmenares, lo que intensifica el trabajo que deben realizar para abastecerse. Por eso, es frecuente instalar bebederos en los apiarios o en sus inmediaciones. Son dispositivos que facilitan suministro continuo de agua y que evitan a las abejas desplazamientos muy penosos y largos.

Sin embargo, estos bebederos para abejas deben manejarse con precaución para evitar errores contraproducentes. Sigue leyendo para aprender cómo hacer bebederos para abejas y por qué son tan importantes en la apicultura.

ÍNDICE DEL ARTÍCULO
1 – El agua en la colmena: cómo utilizan las abejas el agua
2 – Tipos de bebederos para abejas
3 – Cómo hacer un bebedero para abejas
4 – Bibliografia empleada

La importancia del agua en el manejo apícola es enorme. Tanto es así que, en periodos de sequías fuertes, no es raro que los apicultores sufran pérdidas de colmenas por falta de agua. Para evitar estos problemas, una solución son los abrevaderos especialmente pensados para las abejas.

1 – El agua en la colmena: cómo utilizan las abejas el agua

Una colonia de abejas normal necesita de media medio litro de agua diario, aunque en zonas y épocas muy cálidas, esta cantidad puede dispararse incluso a más de un litro por día. Eso supone una infinidad de viajes de obreras aguadoras para llevar agua a la colmena. Por supuesto, no siempre necesitan la misma cantidad: hay meses del año, en invierno, en que apenas se recoge agua, porque la humedad ambiental permite a las abejas hidratarse sin problemas.

Sin embargo, cuando acaba el invierno y empieza la época de la cría y la cosecha, las abejas consumen mucha agua. La utilizan para varios fines:

  • Mantener la temperatura y la humedad. Con la llegada del calor, las abejas tienen problemas para mantener una temperatura y una humedad adecuadas en las colmenas. Si el ambiente se reseca demasiado, sufren y pueden llegar a morir. Por eso, tienen que generar un nivel higrométrico elevado y, al tiempo, regular el calor. Para hacerlo, las abejas esparcen pequeñas gotas de agua sobre las celdillas de los panales. Estas pequeñas gotas se evaporan por la acción de la ventilación, uno de los comportamientos más conocidos de las abejas. Cientos e incluso miles de obreras baten sus alas en cadena, haciendo que el aire circule por el interior de la colmena. El aire en circulación toma la humedad del néctar que madura en los panales y también del agua esparcida, generando así una corriente húmeda que refresca e hidrata por igual.

abeja bebiendo en unas piederas húmedas

Una abeja busca humedad cerca de un arroyo.

  • Producir jalea real. La tarea de producción de jalea real está encomendada a las abejas nodrizas, que la generan en su glándula hipofaríngea y alimentan con ella a las larvas. En la segregación de este líquido, es importante el agua, que constituye un 60 por ciento del volumen de este alimento.
  • Pan de abeja y miel. También se sabe que las abejas pueden utilizar agua para la producción del llamado pan de abeja, un alimento que elaboran mezclando el polen con miel y otras sustancias. Y también se ha comprobado que pueden emplear el agua para diluir algunas mieles especialmente espesas.
  • Hidratación individual. Finalmente, las abejas beben. Una parte del agua que entra en la colonia se utiliza para que se hidraten las obreras, el zángano e incluso la reina.

Una abeja aguadora hace entre 50 y 100 viajes al día y es capaz de transportar hasta el 80 por ciento de su propio peso en agua. Cuando llegan a la colmena, las abejas reparten el agua que portan entre varias abejas que, a su vez, la dispersan. Cuanto más calor hace, más rápida resulta esta distribución, con lo que las aguadoras se ven empujadas a dar un nuevo viaje hasta la fuente de agua.

abejas bebiendo en un bebedero para abejas

Las abejas aprovechan la humedad de fuentes, pozos y manantiales.

¿Dónde buscan agua las abejas?

Cuando salen a localizar fuentes de agua, las abejas no buscan grandes caudales. No se abastecen en aguas profundas o rápidas. Al contrario, prefieren los lugares donde el agua está en movimiento, pero tiene muy poca profundidad o es simplemente humedad, no un flujo.

Por eso, es habitual encontrarlas en las orillas de los arroyos o de manantiales de poco caudal. También son frecuentes en las paredes de fuentes o abrevaderos ganaderos, donde el agua es apenas una capa húmeda y no un torrente.

Por un lado, buscan el agua en ese tipo de lugares para evitar ahogarse: si caen por accidente a aguas profundas, tendrán grandes dificultades para escapar. Por otro lado, esa forma de beber, en sitios donde el agua está en contacto con el terreno, les permite añadir al líquido minerales y materias nitrogenadas. De esta manera, el agua es más rica para la colonia.

2 – Tipos de bebederos para abejas

Sin embargo, a menudo las abejas tienen el agua muy lejos, lo que supone un desgaste extraordinario para las colonias, especialmente en tiempo de calor. Por eso, conviene suministrar agua a los apiarios. Se ahorrarán miles de kilómetros en vuelos.

Para aportar esta agua, los apicultores utilizan diferentes tipos de bebederos para abejas. Cada uno tiene sus ventajas y también sus inconvenientes. Los más habituales son estos:

  • Bidones con flotadores. Una de las formas más simples de llevar agua al apiario es situar en las inmediaciones un bidón lleno de agua en el que se colocan elementos flotantes (corcho, madera, paja…). Las abejas pueden posarse sobre esos flotadores y abrevar sin miedo a ahogarse.
    Este tipo de bebederos es muy empleado, pero tiene un inconveniente importante: el agua quieta se estanca y puede corromperse. Con el calor, desarrolla algas y bacterias que pueden pudrir el líquido y producir enfermedades como la nosemosis a las abejas.
    Lo ideal para evitar este problema es que el agua se renueve con cierta periodicidad: que entre y salga, de forma que no esté siempre quieta. Esto supone tener un punto de abastecimiento de agua en el apiario, algo realmente infrecuente. Si no se tiene, se puede optar por colocar algún dispositivo que mantenga el agua en movimiento dentro del depósito.

abejas bebiendo agua en un bebedero para abejas

Las abejas beben en “la humedad”, no directamente del caudal. Foto: Arbyreed, en Flickr.

  • Bidones que gotean. Otra manera de abastecer de agua al apiario es utilizar un bidón o depósito que libere lentamente el agua. Lo ideal es hacerlo gota a gota, sobre un lecho de piedras pequeñas o una tablilla de madera. Este goteo creará una película de agua que es exactamente lo que las abejas necesitan. Al igual que en el caso anterior, es necesario vigilar que el agua se mantenga en buenas condiciones y no se corrompa o genere mohos. Este tipo de bebederos para abejas por goteo deben estar preferentemente a la sombra, para evitar que el sol evapore rápidamente la humedad que se genera.
  • Bebederos de riego continuo. En los comercios especializados en materiales apícolas se ofrecen bebederos que riegan de manera continua. Se conectan a la red de agua (o a un depósito local) y tienen en su interior un flotador como el de las cisternas de los inodoros, que va dejando salir el agua a medida que es necesario. Algunos modelos liberan el agua sobre un trozo de tela que, al estar húmeda, permite beber a las abejas.

bebedero para abejas

Un bebedero de abastecimiento continuo, de la marca Anel.

  • Bebederos especiales para abejas. La industria apícola ha desarrollado diferentes modelos de bebedero para abejas basados en la misma lógica de los que se utilizan para aves de corral y otros animales: un depósito deja salir agua sobre una bandeja que se va rellenando a medida que se vacía. Es importante que esa bandeja no sea muy profunda o cuente con piedras u otros elementos que ayuden a las abejas a beber sin ahogarse.

En todos los casos, es importante asegurarse de que el agua se mantiene en buenas condiciones y renovarla con frecuencia si el dispositivo no lo hace de forma autónoma. También es importante evitar que otros animales puedan acceder al agua, especialmente animales de gran tamaño que puedan agotar el líquido, volcarlo o contaminarlo.

Muchos apicultores aconsejan también aportar un poco de sal al agua cuando se instala el bebedero para abejas. Eso hará más atractiva al agua y fijará antes el recuerdo en las abejas exploradoras.

3 – Cómo hacer un bebedero para abejas: un ejemplo

Hay muchos modelos de bebederos para abejas. Nosotros hemos seleccionado uno muy sencillo que ha construido y compartido en YouTube el apicultor Emilio Gallego. Para montarlo, se necesita:

  • Un bidón o depósito cerrado para servir de almacén de agua.
  • Una manguera.
    Un grifo controlado por un flotador.
  • Una caja de plástico.
  • Un separador metálico de rejilla.
  • Bolas de arlita.
  • Una tapa para el tanque de agua.

La idea es sencilla: la caja se divide en dos partes. En la parte más pequeña entra el agua, cuyo nivel activará el grifo controlado por el flotador. Esta parte irá tapada, para que las abejas no caigan al tanque de agua. Esta zona de la caja se separa del resto con un separador metálico de rejilla. Su misión es dejar que el agua pase al resto del bebedero, pero que la arlita no pase al tanque del agua.

En la mitad más amplia de la caja, se dispone una buena cantidad de arlita, que es un material flotante que permite pasar la humedad. Sobre estas bolas, las abejas podrán caminar y beber sin caer al agua.

Para mantener el flujo de agua, se conecta la manguera desde el grifo a un depósito mayor que, colocado en una posición más elevada, servirá como “manantial” y será rellenado periódicamente y mantenido limpio y con el agua sana.

Es un mecanismo muy sencillo y barato que se puede implementar con recursos caseros y da muy buenos resultados. ¿Y tú? ¿Qué tipo de bebederos para abejas utilizas? Cuéntanoslo en los comentarios.

4 – Bibliografía empleada

Biri, Melchiorre & Prats, Carmen (1988) El gran libro de las abejas. Barcelona: Editorial de Vecchi.

Jean Prost, Pierre (2007) Apicultura. Conocimiento de la abeja. Manejo de la colmena. Barcelona: Editorial Mundi Prensa.

Lasanta, Eugenio. Apicultura práctica tradicional y moderna: La esencia en el hexágono. Madrid: Liber Factory.

Philippe, Jean-Marie (2008) Guía del apicultor. Utilizable en todas las regiones apícolas del mundo. Barcelona, Omega.

Robles, Elena & Salvachúa, Carmelo (2012) Iniciación a la apicultura. Tecnología y calendario. Madrid: Editorial Mundi Prensa.

Robles, Elena & Salvachúa, Carmelo (2007) Gestión zootécnica del vigor de las colonias de abejas. Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Salvachúa, Carmelo & Robles, Elena (2003) Manual de apicultura práctica. Sector apícola Galego.

Libros para saber más sobre apicultura

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