Modificado por Redacción

avispa asiática o vespa velutina cazando una abeja

Las avispas asiáticas depredan a las abejas melíferas europeas. Foto: Daniel Solabarrieta, en Flickr.

Una investigación recién publicada anuncia prometedores avances en la lucha contra la avispa asiática. Un equipo de científicos chinos y franceses ha logrado aislar la feromona sexual de estos insectos y han podido utilizarla como cebo para atraparlos. El descubrimiento permite pensar en una trampa para vespa velutina basada en esas feromonas. Se trata de un salto adelante en el combate contra una especie que amenaza a las abejas melíferos de muchos países.

La avispa asiática, conocida también como Vespa velutina, es una de las mayores amenazas para la apicultura en países como España o Francia. Hasta ahora, una de las principales dificultades para luchar contra esta especie invasora era que no se disponía de un cebo capaz de atraer a las avispas a una trampa. Y, sobre todo, un cebo que no atrajera también a otros insectos, sino que fuera específico para la avispa asiática y no causar daños a otras especies, incluida la abeja melífera. Ahora, un equipo de investigadores chinos y franceses, en el que toma parte el prestigioso especialista en velutina Eric Darrouzet, acaba de anunciar que han logrado elaborar ese cebo utilizando feromonas sexuales de las avispas asiáticas.

El trabajo de estos científicos, recién publicado en la revista Entomologia Generalis, asegura que han conseguido aislar la feromona sexual de Vespa velutina, es decir, la sustancia que genera el olor con el que los machos de la especie localizan a las reinas.

En su investigación, Darrouzet y sus colegas han confirmado la composición de esa feromona sexual. Explican que está compuesta sobre todo por ácido 4-oxo-octanoico (4-OOA) y el ácido 4-oxo-decanoico (4-ODA) y también, aunque en menor medida, por el ácido 5-oxo-decanoico (5-ODA).

A partir de ese conocimiento, han llevado a cabo ensayos de campo en los que han podido formular la mezcla óptima de estos compuestos de las feromonas. Con la mezcla propuesta en sus experimentos, aseguran que han logrado atraer machos de Vespa velutina y también de otras subespecies del avispón asiático, como Vespa velutina auraria.

vespa velutina o avispa asiática

Foto en detalle de la cabeza y las poderosas mandíbulas de la velutina. Foto: Daniel Solabarrieta, en Flickr.

Estos ensayos les permiten predecir “las mezclas de feromonas sexuales para atraer a machos podrían ser una herramienta general útil en los esfuerzos para controlar las poblaciones de avispones invasores”.

Esa herramienta que citan los investigadores podría ser una trampa para Vespa velutina disponible en un breve plazo. Serviría para atrapar a los machos de la especie durante el periodo reproductivo, reduciendo notablemente la tasa de reproducción de la avispa asiática y, por tanto, menguando sus poblaciones.

Desde la Universidad de Tours, que toma parte en la investigación, apuntan que una trampa para velutina de este tipo “capturaría a estos machos en grandes cantidades antes de que puedan aparearse con futuras reinas avispas”. Por lo tanto, sería “concebible imaginar eventualmente una reducción en el número de colonias de avispones asiáticos en el suelo o colonias menos pobladas”.

Eric Darrouzet y sus colaboradores llevan años buscando una vía química para luchar contra las avispas asiáticas. En una primera etapa trabajaron sobre la feromona de alerta de las avispas, y parecía un camino prometedor, pero finalmente ha sido la feromona sexual la que ha abierto la vía hacia una trampa para Vespa velutina realmente eficaz.

Vespa velutina: una amenaza devastadora para la apicultura

Vespa velutina nigrithorax, más conocida por Vespa velutina o avispa asiática, llegó a Europa en 2004. Al igual que otras especies invasoras, como la avispa mandarina o el avispón oriental, llega procedente del sudeste asiático. En su hábitat natural, esta avispa de gran tamaño compite en igualdad de condiciones con abejas como la apis dorsata, mucho mayor que la apis mellifera europea. Al llegar a Francia, la avispa encontró un clima propicio en toda la franja costera y, además, unas abejas incapaces de defenderse de un agresor tan grande y fuerte.

Una avispa velutina sobre su nido - trampa para vespa velutina

Una avispa sobre un panal con larvas. Foto: Gilles San Martin, en Flickr.

Esta combinación de factores ha propiciado su rápida expansión por Francia, España, Portugal e, incluso, las islas británicas. Aclimatada rápidamente a la suavidad de las costas atlánticas, la avispa prolifera a gran velocidad, a pesar de las muchas iniciativas para frenarla. En España se detectó por primera vez en 2010 y, desde entonces, ha colonizado prácticamente toda la zona costera del Cantábrico, llegando a verse en comarcas interiores, como Liébana, en Cantabria, en alturas superiores a mil metros sobre el nivel del mar. La región española más afectada es, sin duda, Galicia, donde los apicultores de pequeño volumen han sufrido pérdidas devastadoras a lo largo de la última década.

Con 3,2 centímetros de longitud, esta gran avispa es muy agresiva. Su picadura es extremadamente dolorosa y se han documentado varios casos de muerte de personas picadas por Vespa velutina.

Las avispas asiáticas son tremendamente voraces y, en época de cría, atacan las colmenas en busca de abejas con las que alimentar a sus crías. Sus cacerías son tan violentas que una sola avispa puede cazar hasta 200 abejas diarias, lo que supone una rápida despoblación en los colmenares afectados. Las abejas, incapaces de plantar cara a este enemigo desconocido, son presa fácil o rehúsan salir de las colmenas, lo que genera una rápida decadencia de las colonias.

La avispa asiática está cada vez mejor adaptada

Estas avispas tienen un ciclo vital bien conocido. Las reinas construyen un primer nido, que se denomina embrionario y es de una especie de pasta de papel. Es pequeño, apenas una bola de 10 centímetros de diámetro, pero sirve de base para construir un enorme nido que puede llegar a medir 80  centímetros de diámetro y un metro de alto, además de albergar varios miles de larvas.

A final de verano, cuando la avispa es más agresiva, la colonia produce hasta 200 reinas que serán las encargadas de perpetuar la especie en la temporada siguiente. El resto de individuos muere antes del invierno, pero esas reinas sobreviven aletargadas a la espera que reiniciar el ciclo en primavera.

Alimentar tantas larvas es muy complejo y las obreras del nido no descansan. Aprovechan todo tipo de recursos, pero lo que más les gusta es cazar abejas, cuya proteína les resulta de gran utilidad para dar de comer a las crías.

nido de avispa asiática vespa velutina colgando de la rama de un árbol

Los nidos, muy grandes, suelen estar en las copas de los árboles.

 

Los nidos de esta especie suelen estar en árboles, a gran altura. Sin embargo, a medida que se adaptan a Europa, aprenden a construir sus colonias en otros lugares, incluso bajo tierra, lo que dificulta mucho su localización.

Una lucha desigual: arpas y trampas contra vespa velutina

Desde la llegada de esta especie invasora, apicultores españoles y franceses han desarrollado todo tipo de medidas contra su expansión. Algunas más eficaces; otras, no tanto.

La principal estrategia de lucha es la colaboración ciudadana: alertar a las autoridades o a los apicultores locales de la presencia de avispas y nidos. Ellos tienen recursos para retirarlos con seguridad, porque estas avispas son muy peligrosas y hay que acercarse a ellas con mucho cuidado.

Otras técnicas muy extendidas son estas:

Trampas con atrayente.Se ha llevado a cabo una serie de campañas de trampeo, utilizando trampas hechas de una forma bastante artesanal: botellas de plástico agujereadas con un atrayente dentro, que puede ser una solución comercial o, a menudo, una fórmula propia de cada “cazador”, elaborada con cerveza, zumos y otros líquidos que gustan a las avispas. El gran problema de estos dispositivos artesanales es que atraen a todo tipo de insectos: avispas europeas, abejas solitarias, moscas… Incluso a las propias abejas melíferas en muchas ocasiones. No son trampas selectivas, un problema que solucionaría la trampa para Vespa velutinabasada en feromona específica de esta especie.

Arpas eléctricas. Las arpas eléctricas son una especie de parrilla metálica electrificada que se sitúa delante de las colmenas. Permite pasar a las abejas, pero no a las avispas asiáticas, que caen electrocutadas al rozar contra el metal. Este método se emplea con éxito en muchas zonas, aunque también tiene dectractores e inconvenientes. El más grave de estos, la necesidad de tener corriente eléctrica permanente en los colmenares, algo que no siempre es posible.

Veneno. Uno de los métodos más habituales para acabar con la Vespa velutina es envenenar sus nidos. Una vez detectada la colonia, se inyecta en ella un veneno utilizando una pértiga larga o disparándolo con algún tipo de fusil adaptado. Es eficaz contra las avispas, pero peligroso para otras especies. Además, los manejos con veneno o insecticida deben estar autorizados y se llevarán a cabo cumpliendo las normas de manipulación de este tipo de sustancias. 

Todas las técnicas son válidas para combatir a la avispa asiática. Sin embargo, ninguna ha logrado frenarla definitivamente y su expansión en Europa sigue. Quizá este cebo de feromonas sexuales elaborado por el equipo de Darrouzet sea la trampa para Vespa velutina definitiva.

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