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Avispa asiática o vespa velutina

Un ejemplar de avispa asiática. Foto: Gilles San Martin, en Flickr.

Hace ya varios años que los apicultores españoles incluyen entre sus principales problemas la avispa asiática, Vespa velutina. Este feroz insecto depredador devasta los colmenares de muchas zonas de España y amenaza con expandirse por todo el país. Así se lucha contra la avispa asiática.

Llegó a España hacia 2010, después de venir a Europa, procedente del sudeste asiático, en 2004. Desde entonces, la avispa asiática se ha convertido en un quebradero de cabeza para los apicultores de varios países europeos y, especialmente, para los del norte de España. La Cornisa Cantábrica, del País Vasco a Galicia, es un hábitat que atrae especialmente a la avispa asiática.

En esta región del norte, de inviernos y veranos suaves, las avispas han encontrado una zona apropiada para reproducirse y lo hacen de forma frenética. Sin depredadores naturales, las avispas asiáticas campan por sus respetos y devoran abejas a gran velocidad. Su voracidad es tan alta que ya han destruido muchos colmenares en zonas como Galicia y Asturias, territorio este al que, además, ha llegado también la Vespa soror, otra especie invasora asiática.

Para combatirla, apicultores, agentes de medio rural, bomberos y empresas de control de plagas trabajan sin descanso. Su labor mantiene a raya a uno de los enemigos más despiadados de cuantos amenazan a la apicultura.

Avispa asiática: un depredador feroz

La Vespa velutina es un avispón de gran tamaño. Puede medir hasta 3,2 centímetros y tiene una gran fuerza. Es muy feroz y sus picaduras llegan a ser letales, además de extremadamente dolorosas. Su poderío es tal que las abejas melíferas europeas, Apis mellifera, son incapaces de defenderse: la asiática las caza sin ningún esfuerzo y por centenares cada día.

La velutina procede de Asia, donde vive en pugna con una abeja local, la Apis dorsata o abeja asiática. Esta abeja, sin embargo, es de gran tamaño y sabe defenderse. En cambio, en Europa no hay abejas con esa capacidad, así que la avispa asiática se expande sin freno.

nido de avispa asiática vespa velutina colgando de la rama de un árbol

Los nidos, muy grandes, suelen estar en las copas de los árboles.

Su ciclo vital empieza en primavera, cuando las reinas que han pasado el invierno ocultas en oquedades y bajo tierra emergen de nuevo. Entonces, empiezan a construir un nido primario en el que van poniendo varias tandas de huevos. Las primeras obreras levantarán un nido más grande que irá creciendo hasta tener un tamaño considerable: hasta un metro de altura, con un diámetro de 80 centímetros. En su interior, cientos de nuevas obreras y reinas se preparan para tomar el relevo.

Cuando ese nido está lleno de larvas, las obreras asiáticas necesitan un gran aporte de vitaminas y lo buscan atacando y devorando abejas. Las cazan en vuelo, les arrancan la cabeza y se llevan el cuerpo para alimentar a sus crías.

A diferencia de otras avispas cazadoras, que se hacen con unas pocas abejas al día, las velutinas se llevan cientos, con lo que despueblan rápidamente las colmenas. Aterradas, las abejas dejan de salir a trabajar y las colonias acaban por colapsar.

Trampas y vigilancia, la principal defensa

La avispa asiática suele construir estos grandes nidos en la copa de árboles frondosos, generalmente en sotos y riberas, donde la vegetación hace difícil descubrirlos. Además, ha aprendido a levantarlos también dentro de cuevas y otros huecos naturales, e incluso bajo tierra.

La dificultad de encontrar los nidos hace que la lucha contra la velutina se basa en dos principios fundamentales: trampeo y vigilancia.

El trampeo, la ubicación de trampas, es fundamental sobre todo en primavera. Son recipientes en los que se introduce un líquido capaz de atraer a las avispas. Entran a por él y luego no pueden salir. Caseras o construidas de forma profesional, estas trampas, distribuidas por bosques y campos, son la primera línea de defensa contra la avispa asiática.

Después, entra en juego la vigilancia. Cualquiera que descubra un nido de velutina, debe avisar a las autoridades, que ya tienen convenios con apicultores o con empresas de control de plagas que se hacen cargo de eliminar la colonia.

Las formas de hacerlo son variadas, aunque la más utilizada es la inyección de un potente biocida dentro del nido gracias a una pértiga o a dardos que se disparan contra el nido. De esa forma, las avispas mueren dentro de la colmena, sin causar daños a otras especies.

La lucha contra la velutina está especialmente desarrollada en zonas como Galicia, Asturias y Cantabria, donde hay empresas centradas en su eliminación. Sin embargo, a medida que se expande por España, se hace necesario el control de plagas en Madrid y, en general, en prácticamente todas las regiones.

Investigación contra la avispa asiática

Además de esas dos armas principales, hay que contar con la investigación, que en España avanza dando pasos firmes. Uno de los más recientes lo ha dado la Universidad de Oviedo, que ha diseñado una original trampa en 3D contra la avispa asiática.

avispa asiática o vespa velutina cazando una abeja

Las avispas asiáticas depredan a las abejas melíferas europeas. Foto: Daniel Solabarrieta, en Flickr.

Su propuesta es una trampa pensada para utilizar un atrayente líquido. La diferencia es que la entrada al recipiente se hace a través de un dispositivo generado a través de una impresora en 3D que solo permite la entrada de velutinas. De esa forma, se evita que otras especies (avispas europeas, abejorros…) caigan en la trampa.

Otro avance importante lo firma el prestigioso especialista Eric Darrouzet, en colaboración con un equipo de investigadores franceses y chinos. Este trabajo propone el empleo de la feromona sexual del macho de la velutina como atrayente. La gran ventaja es que solo atraerá reinas de avispa asiática, reduciendo notablemente su capacidad para expandirse y crear nuevos nidos. 

Además, los investigadores han demostrado que algunas especies de polinizadores, como los abejorros comunes, han aprendido a luchar contra la velutina.

Desde el punto de vista de la tecnología apícola, la batalla se libra a través de dispositivos eléctricos conocidos como arpas. Se trata de bastidores compuestos por hilos metálicos electrificados que se colocan ante las colmenas. Las abejas cruzan los alambres sin problemas, pero las avispas asiáticas, de mayor tamaño, mueren electrocutadas.

A pesar de todos estos esfuerzos, la avispa asiática sigue expandiéndose por España y ya es habitual en Barcelona y otras zonas del Levante. En el interior del país encuentra más dificultades, pero, poco a poco, va colonizando más terreno.

Así, la vigilancia de apicultores y de población en general sigue siendo básica para detectar y atajar a tiempo la llegada de la avispa asiática. Toda aquella persona que se encuentre velutinas y, especialmente, uno de sus nidos, deberá avisar a las autoridades o a una empresa de control de plagas en Madrid o en la región en que se encuentre. Entre todos, podemos frenar a este poderoso enemigo de las abejas.

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