Modificado por Redacción

Abeja polinizando una flor.

Una investigación en la que colabora el Centro Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, ha demostrado que asegurar la polinización de cultivos depende de que haya una gran variedad de especies de abejas.  Es decir, no es suficiente con que las abejas domésticas, apis mellífera, participen en la polinización, sino que son necesarias muchas más especies de abejas.

El trabajo del CSIC, llevado a cabo en la Estación Biológica de Doñana, en Andalucía, se ha publicado en la prestigiosa revista Science. Los investigadores, dirigidos por Rachel Winfree, han trabajado midiendo la eficacia de la polinización en más de 50 fincas agrícolas a lo largo de 3.000 kilómetros cuadrados.

En ellas, han detectado la presencia de al menos 100 especies de abejas y han concluido que más de la mitad de ellas resultan necesarias para asegurar la polinización de los cultivos de las fincas estudiadas.

“Se necesitan muchos, muchos polinizadores”

Los investigadores explican que sus descubrimientos dan soporte empírico a la a menudo propuesta pero rara vez probada hipótesis de que la investigación ecológica ha subestimado la importancia de la biodiversidad  como servicio a los ecosistemas naturales. “A nuestra escala espacial”, apuntan, “lograr el mínimo del 50 por ciento de polinización de cultivos requiere una media de 5,5 especies de abejas”.

Abeja polinizando flores. Apicultura y miel.

Abeja polinizando una flor. Fuente: Pixabay.

“En una finca determinada, necesitamos solo unas cuantas especies de abejas, pero estas no son las mismas que en la finca vecina. Esto hace que cuando consideras paisajes agrícolas de forma integrada, necesitas conservar a muchas especies de abejas”, indica Ignasi Bartomeus, uno de los autores de este estudio. “Cada especie juega su papel en los ecosistemas, y la única manera de asegurar su buen funcionamiento es protegerlas todas”, concluye Bartomeus.

El trabajo es muy relevante, porque prueba la enorme importancia de las abejas de todo tipo en los ecosistemas y, especialmente, en la agricultura. Habitualmente, los agricultores emplean colmenas de abejas de la miel para asegurar la polinización, pero se demuestra que con ellas solas no es suficiente. Una buena polinización requiere de más especies de abejas y otros polinizadores silvestres, como los abejorros.

Por tanto, es imprescindible garantizar una gran diversidad de especies de polinizadores, especialmente de abejas de todo tipo, porque, sin ellas, los cultivos pueden estar en problemas.

Las abejas son una familia enorme: hay más de 20.000 tipos del género apis.  De hecho, hay más tipos de abejas que de pájaros, por poner un ejemplo. Pero en los últimos años se ha comprobado que sus hábitats están muy amenazados y que algunas especies están en franco retroceso.

Fenómenos como la contaminación y el cambio climático afectan directamente a los ciclos vitales de estas abejas, muchas de ellas diminutas y solitarias. Por tanto, es necesario tomar medidas que contribuyan a su preservación.

El estudio lleva el título de “Species turnover promotes the importance of bee diversity for crop pollination at regional scale”. Su publicación en Science demuestra su gran relevancia, puesto que esta revista solo publica ciencia de máximo nivel. Si quieres leer el informe entero, lo tienes  aquí.

Si quieres saber más sobre la importancia de la biodiversidad en la polinización de cultivos y, en general, de los ecosistemas, no te pierdas es espectacular vídeo:

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